Opinión

La ciencia económica siempre ha prestado especial atención a los fenómenos del crecimiento y del desarrollo económico.

En sentido general, los dos son fenómenos que se insertan en la dinámica del mediano y largo plazo, sobre todo el desarrollo económico es un fenómenos a muy largo plazo.

Pero los dos son fenómenos correlacionados en la dimensión temporal de los procesos y de los hechos económicos en una sociedad.

En economía la inevitable conexión entre el presente y el futuro viene encarnada y representada por la inversión, Toda inversión es un inevadible intercambio de bienes presentes por bienes futuros.

¿Qué es el crecimiento económico?

El crecimiento económico no es otra cosa que el incremento del producto real en una economía como consecuencia del aumento o mejoramiento de la capacidad productiva de la economía de una nación.

El crecimiento real de una economía se mide a través de la cuantificación del producto interno bruto real de una economía en un período determinado. El producto interno bruto real no es posible calcularlo si no se conoce el producto interno bruto nominal, de manera que también se calcula el crecimiento nominal de una economía. Claro, el crecimiento que más interesa calcular es el crecimiento del PIB real, porque el crecimiento de éste es el que nos informa y nos da cuenta del crecimiento real de la economía.

Dada la trascendencia e importancia del crecimiento económico, la sociedad, el sector privado y el Estado tienen que priorizar el mejoramiento continuo de la capacidad productiva de la economía. El mejoramiento continuo de la capacidad productiva se traduce en mejoramiento continuo de la productividad.

El mejoramiento de la capacidad productiva y, por consiguiente, de la productividad es posible a través de dos vías esenciales: el conocimiento y la tecnología. Como la tecnología es conocimiento aplicado a la realidad, estas dos vías se reducen a una: conocimiento. Claro, no se trata de conocimiento simple sino de conocimiento científico o conocimiento avanzado.

Las políticas públicas, es decir, las políticas del Estado en materia de educación y de ciencia y tecnología, en formar los recursos humanos que necesitan el crecimiento y el desarrollo de la sociedad y en desarrollar la ciencia y la tecnología, cuya instrumentalización se vializa a través de los mismos recursos humanos, dado el incontrovertible hecho de que el conocimiento se anida y se desarrolla en la mente de la gente.

Entonces, el papel central lo tienen los recursos humanos en la motorización del crecimiento y del desarrollo económico y social en cualquier sociedad, no importa su nivel o estadio de evolución o desarrollo.

El conocimiento avanzado juega, pues, un papel central en la innovación en la economía y en la sociedad toda y, por ende, juega un papel nodal en el mejoramiento continuo de la capacidad productiva y de la productividad.

¿Son las actuales políticas públicas en materia de educación y de ciencia y tecnología las correctas o las más efectivas para lograr los impactos o efectos deseados sobre el mejoramiento de la capacidad productiva y de la productividad?

Creo que hay grandes fallos e insuficiencias en la definición, aplicación y evaluación de esas políticas públicas y, además, el Estado dominicano dedica muy pocos recursos al desarrollo de la investigación, de la ciencia y de la tecnología.

Otra cosa es que la efectividad en materia de la política educativa no se reduce sólo a la construcción de escuelas, habida cuenta de que la esencia de la problemática educativa dominicana no está en la cantidad, sino en la calidad.

Como en una economía capitalista, la casi totalidad de la producción está destinada al mercado o al cambio, a la gente le preocupa cómo se distribuye el ingreso nacional que resulta de ese crecimiento económico. Este gravísimo problema económico y social nos coloca en la esfera de la distribución.

Las grandes desigualdades o asimetrías que se dan a nivel de la distribución del ingreso, del producto o de las riquezas creadas plantea grandes limitantes estructurales a las posibilidades de crecer de manera más amplia y sostenida y de desarrollarnos económica y socialmente.
Hay, pues, limitantes estructurales –económicas, sociales, institucionales y políticas- que estrechan o reducen la senda de crecimiento económico o las posibilidades de crecer de manera más amplia.

Para pasar realmente al estadio del desarrollo en el muy largo plazo es necesario que crezcamos de manera sostenida, y a tasas por encima del 5% anual, durante aproximadamente 30, 40 ó 50 años podamos engarzar o conectar el crecimiento económico al desarrollo económico y social.

El desarrollo económico y social es un proceso mucho más profundo, estructural y global que, en el marco de una afinada estrategia público-privada, la cual involucra e incluye todas las estructuras, fuerzas y sectores caminando en una misma dirección, que implica la realización de grandes, necesarios y certeros cambios estructurales en todos los órdenes en la sociedad –económico, social, institucional, cultural y político- que abatan la pobreza, la exclusión, la marginalidad y la desigualdad social, a los fines de hacer crecer a tasas más significativas aún el ingreso, el ahorro, la inversión, la ciencia, la tecnología y la innovación, y que todo esto se traduzca en una elevación continua del bienestar de la población.

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