Euclides Gutiérrez

La presencia de la Comisión de la OEA, designada por el Secretario General de esa desprestigiada, indecorosa y abusiva organización internacional que hace mas de 50 años Ernesto, Che, Guevara llamó, en Uruguay, Ministerio de Colonias de los Estados Unidos de América y que es deudora, y lo será por siempre de su lacayuno papel cuando la crisis que se inicio el 28 de abril de 1965 en el escenario internacional, cuando el gobierno estadounidense dispuso la intervención militar en nuestro país, cometiendo uno de los más graves errores y abuso de la política exterior de esa nación, deuda que no ha pagado jamás y ofensa que no ha recogido tampoco, proceder que lastima la dignidad y la conciencia del pueblo dominicano. Luis Almagro, uruguayo, desconoce, porque en realidad es un ignorante, ese episodio triste de la política contemporánea de hispanoamérica.
Ya la citada Comisión ha dicho públicamente el señor Almagro, cumplió la misión para la que fue designada y ha depositado en manos del funcionario de la OEA el infirme correspondiente a su breve estadía en territorio dominicano y en territorio del pueblo haitiano. Al autor de esta columna no le importa lo que digan nuestros adversarios y críticos, de los calificativos y juicios que hemos externado en relación con este vergonzoso y doloroso asunto. “Si me engaña una vez sinverguenza es, si me engaña dos sinverguienza yo”; no es verdad que la OEA va a asumir una posición de respeto y reconocimiento a la República Dominicana y para nosotros es más doloroso la actitud de este señor nacido en Uruguay, porque el pueblo dominicano tiene una deuda de gratitud con el pueblo uruguayo, escenario en el cual nació y realizó sus actividades aquella valiente y decidida organización de revolucionarios que tenía el nombre de “Tupamaros”.
En homenaje de reconocimiento y solidaridad con el pueblo dominicano, los “Tupamaros” ejecutaron en su país al siniestro maestro de la tortura estadounidense, que por varios años estuvo en nuestro país después de abril de 1965 enseñando a los miembros de la Policía Nacional a interrogar y torturar a los revolucionarios dominicanos.
Ese esbirro experto en la policía de diferentes estados de los Estados Unidos, realizaba sus actividades aquí bajo el nombre de Anthony Ruiz, aunque su verdadero nombre era Dan Mitrione, y era realmente un agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense. Esa gratitud eterna de nuestro pueblo con el Uruguay, la desconoce el señor Almagro porque, creemos que no estamos equivocados presumíamos que él no ha tenido nada que ver con los “Tupamaros”.
Esperemos el resultado del informe de la Comisión de la OEA, sin prestarle atención o hacerle caso a las calumnias, difamaciones, mentiras e injurias que esos “payasos de ocasión” del pueblo haitiano, que dirigen el supuesto gobierno de ese conglomerado humano, nos endilgan agrediendo de manera permanente, constante, al espíritu y a la decisión de solidaridad que hemos tenido con ellos hace más de 50 años. Debemos estar los dominicanos preparados para enfrentar con la coherencia, firmeza y el valor tradicional en la historia de nuestra nación, convencidos de que hemos tenido la razón y así será ahora, mañana y eternamente.