Nueva York, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) La contracción de los precios del petróleo, a mínimos de seis años y medio, provoca hoy en la mayoría de las grandes compañías del sector grandes despidos que ronda los 100 mil puestos de trabajo.
Ante el retroceso del mercado petrolero y sus derivados, la primera decisión adoptada fue el recorte de gastos en inversión y limitar las nuevas prospecciones, de ahí la reducción de fuerza laboral sobre todo en las empresas de servicios, afirmó el analista de energía en la Universidad Dundee de Escocia, Ariel Bergman.
De acuerdo con el experto, el desplome en la cotización del crudo llevó a caídas sin precedentes en los balances de las principales empresas energéticas mundiales obligadas a disminuir gastos administrativos, lo que provocó el recorte de 100 mil plazas en todo el mundo.
Comentó que entre las compañías afectadas están las cinco petroleras de mayor importancia a escala mundial y ejemplificó como el gigante estadounidense Chevron, la cual ganó en los primeros seis meses de este año 513,6 millones de euros, 90 por ciento menos con respecto al segundo trimestre de 2014.
Entre las llamadas entidades del big five, también está Exxon, cuyos resultados son peores desde 2009.
A esas entidades estadounidenses las acompaña la anglo-holandesa Royal Dutch Shell al recortar seis mil 500 empleos, en tanto la BP con sede en Reino Unido despidió a unos mil 200 trabajadores en los últimos meses.
Bergman citó el caso de las compañías de servicios petroleros, las cuales son más golpeadas, como le ocurre a la mayor de su tipo la Schlumberger Limited, que recortó 11 mil puestos de trabajo.
También la Weatherford International, una multinacional de asistencia petrolera con sede en Suiza, dejó sin empleo a unos 11 mil personas.
Actualmente existe una sobreoferta de crudo tanto en producción física, como en la futuro dentro del mercado internacional, además de estar latente el incremento de oferta por parte de Irán.
Junto a los despidos masivos el desplome de los precios del carburante ha provocado grandes pérdidas de ganancias a las principales compañías, como es el caso de la propia Shell con un derrumbe del 25 por ciento de sus utilidades en el segundo trimestre del presente año.
También la española Repsol tuvo una drástica bajada del 44 por ciento en el período abril-junio, en comparación con igual período del precedente.
