Precisamente ayer 17 de diciembre se estrenó en la zaga de “Guerra de las Galaxias”, la famosa película de 1973 donde su director y creador George Lucas comenzó a tratar el tema del enfrentamiento en un escenario de futuro y ciencia ficción, de la existencia de “La Fuerza” y sus dos lados: el lado luminoso y el lado oscuro.
“La Fuerza” es en la película un campo de energía que vincula a todas las cosas vivas, tanto en la tierra como en el espacio, solo que esta energía en cierto modo es capaz de pensar y actuar por lo que muchos creen que es una metáfora a la existencia de Dios.
Porque nunca hay que olvidar que para los cristianos, ese Dios del cual hablamos y al cual adoramos como creador de todo el universo, tuvo también una rebelión por parte de su ángel favorito, Luzbel, quien cayó de su gracia y representa el lado oscuro de la existencia convirtiéndose en Satanás.
Todo esto viene a cuento por los acontecimientos que han ocurrido en los últimos días y han compungido el alma nacional, porque cada uno de nosotros tiene la oportunidad de escoger el lado en el cual vamos a desarrollar nuestras vidas y tendremos consecuencias a partir de ello.
Existen sentimientos que identifican a los que han escogido el lado luminoso o el lado oscuro como forma de vivir, a veces no son fácilmente identificables porque la maldad de los seres humanos permanece oculta hasta que algún acontecimiento hace surgir todo lo negativo que llevamos dentro.
Cuando hemos escogido el lado oscuro estaremos llenos de odio, ira, resentimiento, agresión, violencia acumulada que puede estallar en cualquier momento y realizar actos tan deleznables que provocan un choque emocional en nuestras sociedades.
El odio se define como un profundo sentimiento de antipatía, disgusto, aversión o enemistad o repulsión hacia una persona, cosa o fenómeno, así como, el deseo de evitar, destruir o limitar a un objetivo.
La ira es definida como una pasión violenta donde se pierde el control de uno mismo, sentimos indignación, enojo, al ser dominados por ella somos capaces de dañar a otros sin siquiera pensarlo o darnos cuenta de lo que hacemos.
El resentimiento es guardar enojos en nuestro corazón por lo que una acción ofensiva puede durar por largo tiempo, tanto que de enquistarse muy profundo dentro de nosotros puede convertirse en rencor, por lo que las relaciones con el que consideramos ofensor se tornan siempre tirantes y en casos extremos apostamos a su destrucción.
La suma de todos estos sentimientos negativos puede llevarnos a cometer actos de violencia emocional, verbal o física en contra de nuestros semejantes, de modo que hacemos daño a los demás y a nosotros mismos al haber escogido el lado oscuro de “La Fuerza”.
El lado luminoso sin embargo, representa los ideales de bondad, benevolencia y curación; mas difíciles de vivir dentro de ellos, complicado por el sentimiento egoista que siempre tenemos en nuestros corazones, en este sociedad post-moderna donde lo que impera es el Yo muy por encima del Nosotros.
La palabra bondad viene del latín “bonitas” compuesta del sufijo “bonus” que se traduce como bueno y “tas” que significa cualidad.
Es decir, bondad significa el que “hace lo bueno” que se refiere a una persona que tiene la cualidad natural de inclinarse por “hacer el bien”.
El bien filosoficamente es igual a la empatía, que significa que una persona tiene capacidad de sentir lo que el otro siente y a partir de ello actual para aliviar sus necesidades o aflicciones.
La benevolencia es otras de las características personales del que elige vivir en el lado luminoso de “La Fuerza”, esta viene del latín “bene” que significa bueno y “volo” que quiere decir querer, es decir alguien que quiere ser bueno.
Es una forma de vivir en sociedad donde el colectivo se encuentra por debajo de lo individual, ya que esta tendencia a hacer lo bueno se corresponde con personas que estan dispuestas a ayudar a los demás no importando muchas veces su propio perjuicio.
Y por último la curación de todo el que elige estar en el lado luminoso de “La Fuerza”, este es el proceso mediante el cual se restaura la salud a un organismo que haya sido dañado física o emocionalmente.
Todos en algún momento de nuestras vidas hemos estado sometidos a los sentimientos desagradables de ira, egoísmo, rencor, resentimientos y por esto necesitamos curar todo lo negativo que llena nuestras vidas para convertirlo en positivo y ser benevolentes con los que nos rodean.
Parece que una película de ciencia ficción encierra muchas enseñanzas para la República Dominicana, que en los últimos días ha vivido episodios absurdos de violencia, que han consternado a la sociedad y remecido la conciencia de muchos de nosotros que nos hemos dedicado por años a la actividad política.
Solo los que escogieron el lado oscuro de la vida pueden actuar del modo que hemos visto en solo una semana, la vida humana es sagrada, no existe un solo bien material, que valga mas que la vida de uno de nuestros semejantes.
Curémonos todos, restañemos nuestras heridas, debemos entrar en un proceso de reflexión y comenzar a pedirle a Dios que “perdone nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” u ofendieron agregamos nosotros, es hora ya de detener los enfrentamientos en nuestro querido país.