Rolando Rosado Mateo
Desde que Guillermo de Naugis escribiera sus magníficas Crónicas de Froissart relatando la guerra de los cien años y Santiago Nasar cayera abatido por el genio de García Márquez en su Crónica de una Muerte Anunciada, la crónica como género periodístico-literario permanece inmutable ante el prestigio alcanzado por otras categorías literarias. Sin ánimo alguno de alcanzar un ápice del ascendiente logrado por estas geniales creaciones. ¡Dios nos libre! Iniciamos aquí la crónica en torno a un tema de intensa actualidad: “la Inseguridad ciudadana en República Dominicana” y su previsible depresión, matizada por tipologías histórica y comparativa del análisis.
Tomar como excusas las frías estadísticas que reflejan una Latinoamérica estigmatizada como una de las regiones más violentas del planeta, donde se realizaron enjundiosas cantidades de estudios a finales del siglo pasado e inicio del presente sobre el crimen y las funciones de las fuerzas de seguridad, que sirvieron de plataforma para el ensayo –con muy escaso éxito de una variedad un tanto triste de modelos policiales (legalista, de vigilancia, centralistas, descentralizados, mixtos, etc.) para justificar el statu quo de la seguridad ciudadana en que vivimos los dominicanos, sería consuelo de tontos, habidas cuentas de que pocos países de la zona tienen en la industria del turismo no sólo una de sus principales fuentes de divisas, sino también de ocupación laboral. Por tanto, el primer elemento a considerar para relatar esta crónica es la metodología: ¿Cómo explicar de manera simple un problema tan complejo en la sociedad dominicana, habiendo descartado el elemento geopolítico como factor diferenciador?, ¿acaso las teorías criminológicas predominantes (clásica, positivista, sociológica) constituyen metodologías apropiadas para la comprensión de esta grave problemática, que hoy, enero 2016, constituye la primera preocupación del pueblo dominicano? Estas y otras cuestiones serán los temas de nuestra próxima crónica. Estas y otras cuestiones serán los temas de nuestra próxima crónica.
