Puedo resumir como los grandes errores del PRM, crear una plataforma política improvisada, basar su campaña electoral en planteamientos falsos, carecer de propuestas convincentes y viables, vender al mejor postor las candidatura provinciales y municipales, al tiempo de autoconvencerse de que el PLD estaba irremediablemente dividido.
Es que la conformación del seudo Partido Revolucionario Moderno, no fue el resultado de una real planificación, ni de una visión verdaderamente revolucionaria y mucho menos, moderna de la política en el país. La improvisación del PRM resultó de la revancha y el reto que implicaba para sus fundadores el hecho cierto de que el ingeniero Miguel Vargas, los había desplazado del control de la corriente socialista democrática en el PRD.
De ahí que, ante la desesperación por ascender al poder los líderes del PRM, carentes de capacidad organizativa y huérfanos de discurso político se lanzaron a legalizar un partido, por igual, huérfano de estructuras dirigenciales.
Pataleando en el marco de esa orfandad escogieron al amigo Luis Abinader, como su candidato presidencial, quien semejando un Quijote de luna empezó una campana sin fundamento, de denuncias de lo idenunciable, que obligatoriamente ha tenido que degenerar en ofertas inverosímiles que solo se les ocurrieron al caballero de la triste figura en aquellos días en que confundía molinos de vientos, con gigantescos enemigos.
Ante el estancamiento permanente de su popularidad, a causa del gravísimo error de apostar a que la división del Partido de la Liberación Dominicana era un hecho, y que ese hecho beneficiaria sus aspiraciones, en vez de ofertarle a la población dominicana las ínsulas que en su momento les prometieron a Sancho, Luis está proponiendo triplicar para cada persona los programas sociales que desde hace tiempo ejecutan los gobiernos del PLD.
Esto, después que la sociedad toda, vivió su desafortunada campaña de denuestos en contra de los programas sociales referidos, de los que no se salvaron, las Visitas Sorpresas, Quisqueya Aprende Contigo y la grandiosa Revolución Educativa, con sus componentes intrínsecos de formación magisterial y de construcción de la mayor infraestructura para la enseñanza en nuestra patria.
Esas políticas, desde el mismo instante en que Luis Abinader fue escogido candidato presidencial, fueron objeto del más despiadado bombardeo con gases venenosos pretendiendo exterminar los fantasmas de una corrupción solo perceptible en mentes desesperadas en su triste fracaso, precario de discurso electoral convincente que se ajuste a las expectativas nacionales y que, por ende, supere la obra material del presidente Danilo Medina.
Es en el marco de la suma de las frustraciones enumeradas que todas las empresas encuestadoras, colocan al amigo Abinader sembrado en un techo de 30 por ciento de la preferencia electoral, mientras el respostulado mandatario Danilo Medina Sánchez, se proyecta, para ganar con la friolera de más del 65 por ciento de los votos.
No es para menos. El próximo 15 de mayo, Danilo romperá el record electoral dominicano.
De ese modo, porque los, y las votantes que acudirán a las urnas conocen a la perfección la bonanza de la actual obra de gobierno, y no pasan por alto, que el último gran error del PRM fue venderle al mejor postor sus candidaturas congresuales y municipales, mediante la cual, le cerró el paso a connotados y prestigiosos dirigentes y le abrió el camino al tigueraje político, evidenciado, con el alevoso asesinato de mi amigo, exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Mateo Aquino Febrillet.