Hablan los hechos

En la actualidad, a escala planetaria se asiste a un fenómeno de dimensiones inimaginables como son los ataques cibernéticos, los cuales afectan a empresas de todo tipo, dinamismo y tamaño, pues existe un determinado grupo de compañías que son fundamentalmente sensibles a este tipo de ocurrencias. Se trata de las estructuras que se encargan de los servicios que permanentemente demanda la población y que permite que el dinero fluya por el sistema bancario o de que haya desplazamientos por el mundo.

Este gigantesco desarrollo tecnológico de las últimas tres décadas y los últimos avances hechos en el mundo virtual han dado lugar a una nueva forma de hacer política, es lo que se ha denominado la cibergeopolítica.

Pero resulta que estamos en un mundo nuevo que se ha construido, es el mundo cibernético poblado por ciberciudadanos, donde los gobiernos, y tampoco los políticos, han entendido la medida exacta y las consecuencias de este fenómeno que arropa al planeta y sus actividades. Pues de lo que se trata es de la irreversible revolución digital que ha ido generando un cambio social, económico, cultural y político que se evidencia de manera cotidiana en el entorno ambiental.

Bajo ese enfoque se trata, en consecuencias, de que las relaciones humanas han desmantelado, hasta cierto punto, sus esencias de interacción física y directa para sustituirlas por las relaciones virtuales. No se trata tanto de las redes de información computerizada como de procesos sociales más amplios ya que la comunicación telemática entre usuarios se convierte en el motor de las relaciones sociales y que predominan la dinámica del planeta, convirtiéndolo en el terreno mas fértil para cualquier tipo de amenazas atraves del ciberespacio.

La realidad predominante en ese contexto, es que la presencia de tal fenómeno está acompañada del proceso de globalización, la cual alcanza los lugares más recónditos del planeta. Es un cambio de paradigma en toda regla, esto es, un cambio en la forma de entender y vivir la realidad circundante y que condiciona todos los aspectos de la vida económica, social y politica, impactando de manera determinante en las estructuras constitutivas de la sociedad.

Pues con el advenimiento del internet se produjo un nuevo ámbito de la diatriba politica ya que el mundo virtual se ha convertido en un gran espacio para la discrepancia de intereses político, económico y comercial.

Este gigantesco desarrollo tecnológico de las últimas tres décadas y los últimos avances hechos en el mundo virtual han dado lugar a una nueva forma de hacer política, es lo que se ha denominado la cibergeopolítica. Pues con el advenimiento del internet se produjo un nuevo ámbito de la diatriba politica ya que el mundo virtual se ha convertido en un gran espacio para la discrepancia de intereses político, económico y comercial, por tanto, para la posesión de este espacio, se ha desplegado una disputa muy activa.

Estamos ante la presencia de una aceleración del tempo histórico donde los cambios son tan precipitados que resulta difícil adecuarnos a ellos y lo mismo ocurre en el mundo de las relaciones económicas y políticas internacionales. La construcción de una Red de intercomunicación ha creado lazos artificiales de características hasta ahora desconocidas, en la que aparecen nuevas formas virtuales de reafirmar un sentimiento, una creencia o un pensamiento y en la cual se necesita de la tecnología para realizarse, con una fuerza deshumanizante donde existen nuevas identidades digitales en el ciberespacio.

En la actualidad, el mundo virtual elimina el concepto de distancia, fruto de la existencia intensiva de las comunicaciones en tiempo real, en el cual se puede establecer un diálogo desde cualquier parte del globo terráqueo con el más extremo del rincón mas escondido. Por tal razón las distancias son inexistentes y todo se conoce al instante, por lo que ya no hay barreras, lo que se puede interpretar que la geopolítica no necesita de geografía física alguna, ya que el ciberespacio es una construcción artificial.

Estamos ante la presencia de una aceleración del tempo histórico donde los cambios son tan precipitados que resulta difícil adecuarnos a ellos y lo mismo ocurre en el mundo de las relaciones económicas y políticas internacionales.

En términos reales, han detonado las ciberamenazas, la nueva modalidad de continuar la guerra fría, con los mismos actores que se disputaron el espacio terrenal durante el periodo 1947-1991, liderada por la URSS-EEUU, y sus respectivos aliados, aunque nunca se enfrentaron directamente desde el punto de vista militar, seguramente por temor a una escalada nuclear. Provocación esta que se produjo en los ámbitos político, económico, social, militar, informativo, científico y deportivo iniciado al concluir la Segunda Guerra Mundial y que con su final se aperturaron de manera armónica las relaciones comerciales con el resto del mundo, de tal forma que se abrieron más los conocimientos, la cultura y la diversidad.

El otrora enfrentamiento entre las dos grandes potencias económicas y políticas del mundo, EE.UU-Rusia, ahora se ha trasladado al ciberespacio, fomentando de esta manera lo que se conoce como la ciberamenazas, reviviendo así la época de la guerra fría. Este fenómeno aparece desde en el 2010 cuando fueron atacadas las infraestructuras iraníes, lo que fue interpretado como un aparente intento por interrumpir su supuesto programa de enriquecimiento de uranio.

En virtud de que las computadoras se organizan y dominan cada vez más el mundo, las amenazas cibernéticas son mas evidentes y riesgosas para el orden económico y político global. Fundamentalmente estos riesgos tienen su mayor expresión en el sistema energético, el sistema financiero, el sistema empresarial y los negocios globales, fruto de que cualquiera puede convertirse en víctima de un hacker, lo cual tenderá a incrementarse si se toma en consideración que para finales del presente 2018, esta tendencia se intensificará y diversificará, atacando a infraestructuras críticas, dispositivos móviles y al Internet.

En virtud de que las computadoras se organizan y dominan cada vez más el mundo, las amenazas cibernéticas son mas evidentes y riesgosas para el orden económico y político global.

Más allá de las ciberamenazas a nivel global preocupa también lo que pueda ocurrir en torno a la nube, un modelo cada vez más extendido y por eso mismo más atractivo para los delincuentes informáticos. En tal sentido, en el mapa mundial de riesgos los ciberataques han crecido como consecuencia del incremento de la ciberdependencia, la cual ronda en más de 3.500 millones de usuarios de internet en el mundo, el 46% de la población, y la existencia de 10.000 millones de dispositivos conectados a la red, lo que ha incrementado en un 45% el índice de conectividad a nivel global para el intercambio de bienes y servicios, uso de los mercados financieros y redes sociales en los últimos de 10 años.

En igual dirección de riesgos se inscribe las denominadas criptomonedas, fruto de los enormes beneficios especulativos derivados de estas operaciones virtuales. En adición, se interpreta que el impacto económico proyectado de la ciberamenazas y el cibercrimen se cuadrupliquen de cara al 2019, lo que representaría un costo en el ámbito empresarial superior a los 600 millones de dólares al año, lo que sumado a los ataques políticos coloca al planeta en su mayor exposición de riesgos.

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