Opinión

Recientemente hablaba con un grupo de inversores colombianos sobre la necesidad de un acuerdo de libre comercio entre República Dominicana y Colombia, a fin de que fluyan más inversiones y nuevos negocios, lo que vendría a beneficiar a los dominicanos en vista del gran interés que existe entre los empresarios suramericanos en venir a invertir en el país.

Los empresarios resaltaron el clima de inversión, la estabilidad macroeconómica y la economía dominicana en permanente expansión, lo que se une al RD-Cafta, pero las políticas aduaneras de los dos países afectan el intercambio de bienes y servicios. En la actualidad los gravámenes se acercan al 40%, lo que impide un comercio fluido.

El 5 de abril de 2016 durante una reunión en Bogotá entre representantes de ambos gobiernos se conoció los resultados del Estudio de Factibilidad para la Profundización de las Relaciones Económicas y Comerciales entre República Dominicana y Colombia.

La actividad estuvo presidida por el entonces ministro de Relaciones Exteriores de República Dominicana, Andrés Navarro, en su condición de presidente de la Comisión Nacional de Negociaciones Comerciales, y por la ministra de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Cecilia Alvarez-Correa Glen.

El objetivo del estudio era ofrecer a los dos países valiosa información relacionada con las oportunidades que tendrían cada uno, con un enfoque amplio que abarque los ámbitos de bienes, servicios e inversión, así como la profundización de la cooperación en los diferentes ámbitos de interés común.

Además, facilitaría la toma de decisiones con la forma óptima de fortalecimiento de las relaciones comerciales y el desarrollo económico, para la formalización de una alianza estratégica.

Hasta el momento no existe un tratado de libre comercio, aunque los dos países tienen en común socios comerciales de gran relevancia a nivel mundial como Estados Unidos, Unión Europea, Canadá, China y México, principales proveedores y destinos de los productos de ambas naciones.

También, cuentan con acuerdos comerciales con disciplinas comunes los países de Centroamérica y la Unión Europea y son miembros de la OMC. Al existir un marco jurídico que liberalice el comercio entre las dos naciones, se crea la posibilidad de generar encadenamientos productivos, con miras a aumentar el flujo de comercio con terceros mercados.

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