El 2019 ha encontrado al globo terráqueo sumido en un endeudamiento público que tiende a generar profundas preocupaciones sobre el desempeño de la economía mundial, siendo esta realidad una de las que más inciden en el desempeño de las actividades productivas, comerciales y financieras a escala planetaria.
Al cierre del 2018 el Fondo Monetario Internacional (FMI) advertía sobre el peligro que se cernía sobre la economía mundial al registrarse un notorio incremento del endeudamiento tanto público como privado al interior de las economías.
En efecto, Christine Lagarde, directora gerente del FMI, sostiene lo siguiente: “la deuda global ha alcanzado un nuevo récord histórico situándose en los 157 billones de euros (equivalente a 180 billones de dólares, dg)”. Si se toma en cuenta el valor del Producto Interno Bruto (PIB) mundial el monto de la deuda global supera con un elevado 225 por ciento al valor medido en dinero de la riqueza material creada por todos los países del globo terráqueo.
El hecho de que hayan estado prevaleciendo bajas tasas de interés (que implica dinero barato) para los bancos e inversores más facilidades para acceder a nuevos préstamos estimula el aumento de la deuda pública y privada.
Téngase en cuenta que el país más endeudado del mundo (en términos absolutos, es decir, según el valor total medido en dinero) resulta ser Estados Unidos con unos 22 billones de dólares, seguido de Japón con 12 billones y China con unos 9 billones de dólares.
Pero ha de tenerse en cuenta que el hecho de que un país acumule la mayor cantidad de dinero en materia de deuda pública, no significa que también sea en más endeudado en relación a su producto interno bruto (PIB) el cual expresa el valor de todos los bienes y servicios que produce una economía dentro de un período determinado, generalmente un año, decir, nos referimos al valor de la riqueza material creada.
Así, los países más endeudados del globo terráqueo medido en relación al PIB, esto es, la relación (ratio) deuda pública/PIB son los siguientes: Japón con el 238por ciento del PIB; Grecia, con 188 por ciento; Líbano, registra un 150 por ciento; Italia, alcanza un 130 por ciento; Portugal con un 120 por ciento y Estados Unidos alcanzando un 106 por ciento, Estos datos figuran en los registros del FMI.
Teóricamente un Estado suele asumir deudas internas o externas para desarrollar obras de infraestructuras, tales como carreteras, puentes, hospitales y escuelas, así como para financiar proyectos de producción industrial o agropecuaria.
Debe tenerse en cuenta que una parte significativa de la deuda pública suele ser contratada para cubrir el hoyo financiero expresado en el déficit. Y es que déficit y deuda son dos caras de una misma moneda: la ejecución presupuestal anual. Definitivamente el endeudamiento público mundial constituye un verdadero dolor de cabeza para los hacedores políticas económicas públicas.
Las deudas asumidas por un país deben ser honradas mediante el pago del capital más los intereses. Si un país toma dinero prestado sin tomar en cuenta sus posibilidades reales para hacer frente a la amortización de la deuda (es decir, el pago del capital más los intereses) podría verse sometido a fuertes presiones financieras.