Hablan los hechos

Por: Alain Valdés Sierra

El mercado laboral global enfrenta una crisis sin precedente agravada por el impacto negativo de la pandemia de la Covid-19 en la economía mundial.

Este 1 de mayo en casi todo el mundo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, jornada de reivindicaciones centrada en la demanda de recuperación de empleos y validez de derechos reconocidos por ley.

Latinoamérica y el Caribe no escapan a esa realidad; según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), los efectos de la crisis causada por la Covid-19 en la región durante 2020 y 2021 dio lugar a una tasa de desempleo que ha sido imposible revertir.

De acuerdo con un estudio de esa instancia de la Organización de Naciones Unidas, la recuperación y creación de empleos ha sido parcial y más lenta que la reactivación en la actividad económica.

Si bien el área terminó el 2021 con un crecimiento económico del 6,2 por ciento, no fue suficiente para alcanzar los niveles productivos y puestos de trabajo registrados en 2019, de ahí que, insiste la Cepal, «los mercados laborales habrán enfrentado su segundo año de una crisis sin precedentes».

Por ejemplo, en Ecuador los trabajadores saldrán a las calles para exigir al presidente Guillermo Lasso el cumplimiento de sus promesas de campaña relacionadas con la generación de empleo, la seguridad y la atención a los sectores de la educación y la salud, entre otros.

En Uruguay, la Central Única de Trabajadores llamó a manifestarse contra el hambre y la carestía, por el salario frente al impacto de la inflación, la pobreza y la desigualdad social; mientras, en Costa Rica lo harán contra las medidas económicas neoliberales implementadas por el Ejecutivo, las cuales han propiciado el aumento del desempleo y el nivel de vida.

Los sindicatos mexicanos, fieles a su tradición de lucha, tomarán las principales avenidas del país con el visto bueno del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque la fecha señalada no es reconocida por la Constitución.

Entre las diferentes motivaciones gremiales destaca el apoyo a la gestión gubernamental en materia económica, de educación y restitución de derechos de la nación azteca como la reforma energética, la nacionalización del litio y la restructuración en el sistema de salud para que la atención médica y las medicinas sean gratuitas.

Por otra parte, en Brasil el reclamo será contra la administración del presidente Jair Bolsonaro, cuya dimisión solicitan la mayoría de los sectores sociales.

La reivindicación de empleos dignos, así como demandas de desarrollo sostenible y justicia social, centrarán los actos por el 1 de Mayo en el gigante suramericano, donde se espera la participación del expresidente y líder del Partido de los Trabajadores Luiz Inácio Lula da Silva.

En cambio, los gremios convocados a celebrar la fecha en Argentina acordaron mostrar su apoyo a las medidas impulsadas por el Gobierno de Alberto Fernández para atender y favorecer la economía popular, así como el respaldo a la lucha contra la pobreza, la desigualdad, la inflación, la especulación y la deuda con el Fondo Monetario Internacional.

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