Opinión

DeepSeek, nuevo razonador de código abierto chino, ha sacudido el modelo de negocio que sustenta a las empresas tecnológicas de EE.UU. en Inteligencia Artificial (IA).

Resulta que DeepSeek R1, igual o mejor que el estadounidense ChatGPT-4, fue posible crearlo sin utilizar semiconductores de última generación, que el gobierno Biden había prohibido vender a empresas chinas, con la intención de impedir o retrasar avances de China en IA. Es más barato: 2,000 semiconductores frente a 16,000 de ChatGPT-4.

Además, DeepSeek R1 comparte con la Humanidad su código (genoma digital). Al ser abierto, cualquier desarrollador puede optimizarlo. Es decir, democratiza la propiedad en la IA.

El lunes pasado, el valor bursátil de las empresas tecnológicas EE.UU. tuvo que reajustarse a la baja en un millón quinientos mil millones de dólares.

La aparición de DeepSeek ocurre apenas días después de que el gobierno EE.UU. anunciara el plan Stargate, 500 mil millones de dólares de financiamiento a sus empresas tecnológicas, en producción de energía eléctrica y agua con el fin de “proteger y ampliar la ventaja (inexistente al parecer) sobre China”.

Expertos valoran a DeepSeek como un “game changer”, parteaguas que redefine la dinámica del conflicto en materia de IA.

El malhumor y desconcierto de las tecnológicas de EE.UU. debe ser hoy comparable al de los jefes nazis con la victoria del negro estadounidense Jessy Owens en las Olimpíadas en Berlín de 1936, o el de los colonialistas franceses por la derrota “impensable e inesperada” en Dien Bien Phu, Vietnam.

DeepSeek R1 ha logrado hacer igual o más con menos. Un avance, no un atrevimiento.

últimas Noticias
Noticias Relacionadas