Editorial

República Dominicana despertó el martes ocho de abril con una de las mayores tragedias de su historia.

Un suceso descrito en principio como un accidente en un centro de espectáculo, la discoteca Jet Set, se transformó en un acontecimiento terrible con cifras superiores a centenares de fallecidos y heridos.

Un profundo sentimiento de luto, dolor y pena se ha apoderado del pueblo dominicano por las pérdidas registradas allí, entre ellos músicos, empresarios, deportistas, trabajadores y el carismático cantante Rubby Pérez.

De inmediato la tragedia puso de manifiesto el espíritu solidario que caracteriza a los dominicanos y las dominicanas.

El día de la tragedia y los sucesivos, rostros compungidos, pesarosos de ciudadanos y ciudadanas que no podían disimular el dolor, era la nota que caracterizó al pueblo dominicano, impactado por el trágico suceso.

Ha sido encomiable el trabajo de los medios de comunicación formales, cuyos profesionales han informado con veracidad, superando la tradicional industria del rumor, que surge en acontecimientos de esta naturaleza.

También es justo reconocer el esfuerzo de las brigadas de rescate, que se vieron reforzadas por misiones de México y Puerto Rico.

La tragedia colocó a República Dominicana en el mapa internacional. El papa Francisco y el Secretario General de la ONU expresaron su solidaridad con el país. Igual hicieron jefes de Estado, organismos multilaterales, organizaciones deportivas mundiales y artistas internacionales.

Al igual que lo ha hecho en otras ocasiones, el país superará este inmenso dolor, que ha servido para unirnos y para que mostremos nuestra mejor parte. M ientras tanto, como lo han expresado nuestros voceros, el Partido de la Liberación Dominicana desea paz y sosiego a los familiares de las víctimas.

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