El 5 de abril de 1844, el general José María Imbert, jefe militar en Santiago, rindió un informe a la Junta Central Gubernativa sobre la Batalla del 30 de Marzo de 1844. Anotó que los haitianos dejaron en el campo de Batalla a no menos de 600 muertos.
Precisó que no había muerto ninguno de los dominicanos que sufrieron heridas en la Batalla de Santiago.
El 30 de marzo de 1844, los dominicanos vencieron a los haitianos en la Batalla de Santiago.
Los haitianos comandados por el general Jean Pierrot tenían el propósito de tomar la región Norte de la República Dominicana, pero fueron obligados a retornar a su país luego de sufrir numerosas bajas.
Días antes los dominicanos tomaron varias iniciativas para enfrentar las agresiones del Gobierno haitiano. Matías Ramón Mella y Pedro de Mena lograron apoyo económico de personalidades de la ciudad para comprar armas.
Mella también ayudó en la organización de las tropas dominicanas en Santiago.
El día 29 de marzo de 1844, el Ejército haitiano fue dividido en dos columnas: una comandada por el general Pierrot, que cruzaría el río Yaque por el lado de Emboscada, para acampar en la margen derecha del río Gurabo y otra por el general St. Louis, que cruzaría por la Herradura, para acampar en la Otra Banda.
Como parte del dispositivo dominicano, tres piezas de artillería fueron emplazadas en los tres Fuertes, una por cada Fuerte, al mando del general José María López.
La Retaguardia del Fuerte Libertad estaba comandada por el General Francisco Antonio Salcedo, y el Capitán Fernando Valerio, con las Compañías de Sabana Iglesias, fue colocado como avanzada en el Cementerio.
En las trincheras, junto a los Fuertes se encontraban la Guardia de La Vega, comandada por Marcos Trinidad y Toribio Ramírez; el Batallón La Flor de Santiago, comandado por el Coronel Angel Reyes y las tropas del 33 Regimiento de Infantería de Línea, comandada por José Nicolás Gómez.
Asimismo, estaban preparados los escuadrones de Caballería de Gurabo y Jacagua, así como la Compañía de Milicianos de Jamao, entre otras.
El comandante Militar José María Imbert nombró como su lugarteniente al coronel Pedro Eugenio Pelletier, quien estaría en la Línea Principal de Resistencia, tomando en cuenta su experiencia como veterano del Ejército francés.
El general José María Imbert también fortaleció el ala izquierda con el nombramiento de Archille Michel, quien también había sido miembros del Ejército de Francia.
A las 11 de la mañana del día 30, una patrulla de reconocimiento a cargo del Comandante Manuel María Frómeta y el doctor Bergés, informaron al general José Martía Imbert que los haitianos al mando del general Pierrot cruzaban en ese momento el río Yaque del Norte por el paso real en un número de más o menos 10 mil hombres.
Las tropas haitianas fueron organizadas como para un desfile, precedida de un cuerpo de caballería que se dirigía a la izquierda.
En esa circunstancia el comandante Michell pidió ayuda y la recibió del Fuerte Patria.
Los haitianos fueron recibidos con una descarga de fusilería de los atrincheramientos del Fuerte Libertad, a lo que siguió un contraataque de lanzas y machetes, que obligó al enemigo a replegarse.
La batalla del 30 de marzo había comenzado a las 12 y se extendió hasta las 5:00 de la tarde. En ese momento el general Pierrot mandó un parlamentario y de la parte dominicana salió el comandante Pedro Eugenio Pelletier, quien para desalentar a las tropas de Haití, comunicó al general Pierrot, que el Presidente de Haití, Charles Herrad, había muerto en Azua.
Pierrot pidió una tregua para retirar sus muertos, pero al ser informado de que tropas dominicanas de Puerto Plata y San José de las Matas se habían puesto en movimiento para atacar la retaguardia haitiana, decidió marcharse a su país y dejó todo abandonado.