Juan Bosch es el referente del intelectual y educador capaz de sacrificar sus horas de creador intelectual para servir al país a través de la política, la que concibió como una función de servicio para educar y servir a la Patria. Enseñó su criterio de que el deber del hombre es convertir en hechos aquello en que cree, “y debe cumplir ese deber aunque sepa que a él no le tocará, como dijo Martí, sentarse a la sombra del árbol que siembra”.
Juan Bosch fue un demócrata integral. Demostró que un régimen democrático tiene que sustentarse en el reconocimiento de que la voluntad del pueblo es sagrada y sólo de ella debe partir la autoridad democrática. Creía la libertad es un bien que no puede ponerse en peligro por debilidades.
Juan Bosch fue un novelista, cuentista y ensayista que trazó la pauta para renovar la narrativa dominicana: con su novela La Mañosa, y sus cuentos. Mostró el país que no se veía en la vida urbana de las principales ciudades. Creía el escritor es un hombre de su tiempo, y siendo un hombre de su tiempo tiene que afectarle las condiciones en que vive el pueblo, la situación general del mundo, y por eso esas preocupaciones se reflejan en su obra.
La vida rural y provinciana, donde se sentía con mayor violencia el impacto de la pobreza y la desigualdad social, la dejó estampada en sus cuentos y su primera novela: La Mañosa.
La obra de su pensamiento es referente permanente. Maestro del buen decir, y cuidador de la lengua española, caracterizado por su prosa diáfana y fluida, dejó como legado la obra de uno de los principales cuentistas del mundo hispánico.
Los hombres y mujeres que disfrutan la literatura tienen en sus obras un legado que inmortaliza el nombre del autor de La Mañosa y El Oro y la Paz.
Juan Bosch nació en La Vega, el 30 de junio de 1909, hace 105 años, en un tiempo en que el país atravesaba por circunstancias muy difíciles. Una crisis socioeconómica y política no daba motivo ni siquiera para mantener viva la esperanza, pero él sostenía llegaría el momento de superar las dificultades.
A la inestabilidad política seguiría la primera intervención militar de Estados Unidos contra la República Dominicana, 1916-1924. Luego de su fin, tras un breve período de régimen civil, se instauró la dictadura de más de 30 años que encabezó Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Juan Bosch fue un hombre ejemplar. En lugar de reproducir los vicios que marcaron la época de su nacimiento y los períodos de la niñez y la adolescencia, fue un cuestionador. Su ideal fue despertar la conciencia nacional para que se desarrollara una cruzada de educación, a los fines de que el pueblo dominicano aprendiera sus deberes y derechos.
Por su lucha contra la dictadura de Trujillo tuvo que vivir durante más de 23 años exiliado en varios países latinoamericanos y del Caribe.
En la Habana, Cuba, encabezó al grupo de exiliados que fundaron el Partido Revolucionario Dominicano, en 1939. Al regresar al país en el año 1961 se convirtió en el líder de la organización.
Las elecciones organizadas por el Consejo de Estado, presidido por el licenciado Rafael F. Bonelly, terminaron con la victoria de Juan Bosch y Segundo Armando González Tamayo. Ganaron con el 59.53 por ciento de los votos, el porcentaje más alto que ha logrado un binomio en la historia electoral dominicana.
Al llegar a la Presidencia el 27 de febrero de 1963, reafirmó su propósito al decirle al país lleno de emoción que había llegado el día de establecer un sistema en el que la única dictadura sea la de la ley, pero las fuerzas de la intolerancia frustraron su proyecto. Se aliaron y derrocaron su Gobierno el 25 de septiembre de 1963, lo que tendría como consecuencia un estado de crispación, la guerrilla de 1963, y la guerra de abril de 1965.
Juan Bosch siguió adelante en procura de su ideal. Se mantuvo como líder del PRD hasta el año 1973, cuando abandonó esa organización y fundó el Partido de la Liberación Dominicana, con la firme decisión de completar la obra de Juan Pablo Duarte.
El PLD llegó al poder por primera vez el 16 de Agosto de 1996, con su presidente Leonel Fernández. Son estampas de sus administraciones el fortalecimiento institucional, expansión de los programas de educación, salud, obras de infraestructura en las distintas regiones de la República y políticas públicas con programas sociales que no tenían precedentes en el país. Han permitido disminuir la pobreza en un nivel que nadie imaginó fuera posible en una década. Aún los dominicanos recuerdan que la pobreza en el Gobierno del PRD, de Hipólito Mejía (2000-2004), subió a 52% y que 1.5 millones de dominicanos y dominicanas cayeron en la pobreza durante esa administración.
Las cuatro administraciones del PLD: las tres primeras encabezadas por el presidente Leonel Fernández y la presente del presidente Danilo Medina, han hecho aportes que crean las condiciones para alcanzar el desarrollo en un sistema democrático, pues han demostrados que son garantes válidos para la sociedad.
Pruebas vivas son el apoyo del presidente Medina a las Pymes, a los productores agropecuarios, a Salud, Servicios, y a la educación, que incluye el Plan Nacional de Alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”, que está en la vía de convertir a República Dominicana en un país libre de analfabetismo. Esto ocurre en una administración de Gobierno que demuestra cómo es posible avanzar sustentado en un Estado Social y Democrático de Derecho, fundado en el respeto de la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos, como consagra la Constitución de la República de 2010.
En el 105 cumpleaños de Juan Bosch, es estimulante ver que la administración del Gobierno presidente Medina, la cuarta gestión del PLD, sigue el camino de Juan Bosch en educación, salud, y una lucha contra la pobreza y la desigualdad social. Es la mejor manera de honrar al padre fundador del Partido de la Liberación Dominicana.
Celebremos que en la fecha natalicia de Juan Bosch caminamos por el camino de la vía que asegura el desarrollo en democracia. La sociedad lo aprecia.