Esta entrega tiene como objetivo abundar sobre los argumentos expuestos públicamente por el Ministerio de Energía y Minas (MEM) en torno a su propuesta de Norma de Acceso a Terceros a Infraestructuras de Gas Natural y a la construcción de una nueva terminal de ese energético en la Región Este del país.
Una de las más importantes propuestas del Ministerio de Energía y Minas de factura reciente es la Norma de Acceso a Terceros a Infraestructuras de Gas Natural, puesta recientemente en encuesta pública en su Portal Web. La iniciativa en cuestión consiste en permitir el acceso de entidades elegibles a las infraestructuras de gas natural, en nuestro caso a la única de que dispone el país actualmente: la de AES Dominicana, localizada en la localidad de Andrés-Punta Caucedo. Tal acceso implicará un costo para el importador independiente, de acuerdo con los márgenes de manejo de terminales, estimados en base a los promedios de mercado pertinentes.
Se eliminaría así el monopolio natural existente, esto es, la situación en la que una sola empresa se supone capaz de producir –en nuestro caso importar- la cantidad que se demanda del bien en cuestión, a un costo menor o igual al que prevalecería bajo la competencia de dos o más empresas (existencia de un óptimo de costos). Se espera que ello favorezca: a) la competencia en el suministro de gas natural; b) cero barreras de entrada a nuevos agentes; c) el tratamiento no discriminatorio; d) la utilización eficiente de la infraestructura existente (utilización en alto grado de su capacidad instalada); e) la protección de los intereses de los usuarios del combustible, y c) los incentivos a inversiones en nuevas infraestructuras de este tipo en un mercado competitivo y organizado.
Simultáneamente, se facilitaría la consecución de varios objetivos de Estado, como son los de aumentar la participación del gas natural como fuente primaria de energía, reducir la importación de los combustibles fósiles convencionales y aumentar la capacidad de almacenamiento, regasificación y transporte de gas natural en sintonía con la importancia de regiones específicas con alta demanda relativa.
Los aspectos mencionados se derivan del planteamiento hecho público por el MEM en fecha 26 de marzo del año en curso. En esa declaración pública se puede leer lo siguiente: “…con esta norma, ante todo, se evitarían prácticas anti-competitivas las cuales pueden suscitarse cuando sólo existe un importador de un producto determinado”.
En el documento se recuerda que AES Dominicana “…ha tenido el uso exclusivo de la terminal que construyó hace más de 15 años, y que el período usual para mantener la dispensa de otorgar acceso a terceros ronda los 10 años”. No puede perderse de vista que la terminal existente representó un costo para el sistema eléctrico nacional de US$140 millones (que pagamos los contribuyentes), por lo que sería un contrasentido construir una nueva terminal cuando la ya disponible no está siendo utilizada ni siquiera a la mitad de su capacidad.
¿Nueva Terminal con una en la misma zona subutilizada?
La otra arista del problema es la propuesta de construir una nueva terminal de gas natural a unos cuantos kilómetros de la existente. Como es de conocimiento general, la subutilización de la terminal AES ronda el 50-60% por lo que ella puede, sin ningún contratiempo, abastecer a las generadoras de San Pedro de Macorís y mantener oferta al sistema de los 1000 MW consabidos.
Por tanto, tomando en cuenta esa realidad, el MEM se opone a la construcción de una nueva terminal en el litoral Este, de cuya relevancia estratégica e importancia económica nadie duda. Se trata de aprovechar a plenitud las capacidades existentes en materia de gas natural, especialmente cuando sabemos que toda la generación anual a base de Fuel Oil No. 2 y No. 6 ascendió en octubre 2014 a 6,285 GWh, realidad carente de una racionalidad económica sustentable en el tiempo, sin hablar del significativo costo ambiental implícito.
El incremento del peso específico del gas natural en la matriz de generación eléctrica obedece a los lineamientos estratégicos gubernamentales que lo sitúan como combustible preferente para generación eléctrica y uso industrial, manteniendo hasta ahora la importancia relativa del GLP para uso residencial y vehicular.
¿Tenemos opciones que presentar como alternativa económica y técnicamente viable a ese bien intencionado interés privado de construir una nueva terminal de gas natural?
Sin dudas, nada impide la colocación de un nuevo gasoducto que interconecte la terminal de Andrés con la generación ubicada en SPM. Por lo demás, si nos fijamos en la componente inversión descubrimos que tal gasoducto costaría cinco veces menos que la construcción de una nueva terminal (50 millones Vs. 250 millones de USD).
Como ha declarado el MEM “…la opción de interconexión a través de gasoductos, aprovechando la terminal existente, es mucho más barata, resulta más eficiente y garantiza mejor la sostenibilidad y eficientización del sistema eléctrico nacional”.
La creación de redes de distribución de gas natural a partir de terminales de importación, almacenamiento y regasificación, distribuidas con una cierta racionalidad económica y geográfica, están llamadas a mantener un sistema integrado, permitiendo una mayor eficiencia en el abastecimiento de ese importante combustible en las zonas de mayor desarrollo del territorio nacional. También garantizaría menores tarifas, desarrollo de las infraestructuras de gas natural en menor tiempo y beneficios a los usuarios del transporte e industriales, y a futuro también a los residenciales y comerciales. Igualmente, contribuiría a un desarrollo económico y social regionalmente más equilibrado, reduciendo las ya insostenibles asimetrías y contrastes del proceso.
Como puede verse en la imagen adjunta, las autoridades de todos los países planifican la distribución de las terminales y ductos del gas natural (específicamente de LNG) de manera equilibrada y atendiendo a los niveles de desarrollo económico de las distintas zonas y/o regiones geográficas, como es el caso de los Estados Unidos Mexicanos.
En este sentido, cabe recordar que el grueso del PIB nacional se ha concentrado tradicionalmente en dos plataformas productivas: la de la provincia de Santo Domingo y la de Santiago de los Caballeros, cada una con sus áreas de influencia industriales, comerciales y residenciales divididas en municipios y distritos municipales. Si bien la primera es la más importante y pujante del país, con la más alta concentración de infraestructuras energéticas y básicas de todo tipo, no es menos cierto que la Región Norte dispone de un considerable e importante potencial de recursos naturales, evidenciando en los últimos años un creciente desarrollo industrial, agroindustrial y de servicios, además de representar uno de los principales polos turísticos del país.
Es por ello que cualquier terminal que se construya en el futuro, debe de ubicarse fuera del área de influencia de la existente en Punta Caucedo, preferiblemente en el Norte, puesto que es donde se encuentra la segunda zona de más alto consumo, sin mencionar el hecho de que disminuiría considerablemente los riesgos asociados a eventuales fenómenos naturales catastróficos (ciclones, sismos, tsunamis, etc.).
La construcción de una segunda terminal de gas, así como nuevos centros de generación eléctrica, debe priorizar estratégicamente a la Región Norte, de manera muy especial al puerto natural que posee la Bahía de Manzanillo. Nadie duda de sus condiciones naturales excepcionales ni de la necesidad de una intervención enérgica del Estado en ella como promotor y guía de inversiones atrevidas y desafiantes. Dejemos de ver El Cibao como un mero enclave agrícola o un destino de asueto por excelencia cuando conocemos a profundidad las grandes oportunidades de desarrollo y progreso que emanan de sus valles, montañas e interminables litorales de palmeras, luz y arena.