En nuestro país los encargados de establecer leyes, en primera instancia son los legisladores, los cuales componen la cámara de diputados y el Senado de la República. Con el tiempo, fruto de las necesidades propias de los ciudadanos que eligen a los legisladores, nuestros órganos de creación de leyes se han convertido en lugares donde convergen todo tipo de personas, que en la mayoría de los casos, lo que menos hacen, es legislar.
A todo esto podría pensarse que estamos opuestos a que el legislador trabaje a favor de quienes los eligieron, pero no es así, todo lo contrario. Lo importante es que el legislador construya su propuesta legislativa en torno a las necesidades de sus representados, y más importante aun es que los representados se vinculen de tal manera a esa propuesta legislativa, hasta que se conviertan en veedores de las mismas.
Otro aspecto que siempre pasa en la distorsionada forma de hacer política de nuestro país es que muchos aspirantes a este tipo de cargos elaboran planes que incluyen metas, que no están dentro del espectro de sus funciones y mas que propuestas legislativas, terminan ofertando programas de gobierno, que, dentro del marco legislativo son imposibles de alcanzar.
Es por eso que cuando nacen candidaturas que se esfuerzan por tomar acciones diferentes a estas, debemos darle acogida y tratar de incluirnos y vincularnos para aunar voluntades y lograr que esas voluntades devengan en acciones legislativas que desmoronen el manto clientelar que se ha cernido durante décadas en torno a los diputados y senadores.
Vincularse es ser coparticipe en la elaboración de propuestas, es ser coparticipe en la ejecución de las mismas, es ser veedor del cumplimiento de ellas.
De manera que, llegó el momento de echar manos a candidaturas de este tipo, para que en el futuro cercano logremos cualificar nuestros legisladores.
