Editorial

Mucho antes del brote del nuevo coronavirus COVID-19 , desde la UNESCO se advertía sobre el impacto que la transformación política, tecnológica, económica y social ha tenido en la forma en que ahora se intercambia informaciones y especialmente de la contaminación que causan algunas campañas de desinformación orquestadas.

Esas campañas representan una amenaza para el periodismo basado en los hechos y, particularmente durante la pandemia actual, para la vida de las personas.

Es de tal grado la proliferación de la falsa noticia que llevó a la Organización de las Naciones Unidas, aprovechando el Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información para, en la persona de su secretario general, Antonio Guterres, advertir que toda la sociedad tiene la responsabilidad de garantizar que las tecnologías de las telecomunicaciones no se utilicen para incitar a la violencia, alimentar el odio o engañar al público.

En materia de desinformación, las falsedades relacionadas con todos los aspectos de COVID-19 se han convertido en algo común, como también viene sucediendo en República Dominicana en medio de la campaña con miras a las elecciones generales aplazadas para el 5 de julio.

Todas clases de falsedades surgen a diario desde las esferas opositoras al Gobierno y al Partido de la Liberación Dominicana con el propósito de influir en la decisión de los electores, como sucedió con la vulgar manipulación de la incorrecta decisión de suspender totalmente las elecciones municipales de febrero.

Como lo confirmó posteriormente la Organización de Estados Americanos en su informe de auditoría, nada tuvo que ver el PLD ni Gobierno para que se aplazara la cita ciudadana, más sin embargo, los ataques virulentos recibidos, motivaron que las candidaturas peledeístas pagaran los platos rotos.

En momentos de temores, incertidumbres e incógnitas, como los actuales existe un terreno fértil para que las fabricaciones mentirosas florezcan y ante eso, debemos estar atentos.

La estrategia basada en la desinformación alrededor de la suspensión de las elecciones municipales de febrero, ha querido aplicarse ahora con la versión calumniosa de que Gobierno y PLD no quieren que nuestros conciudadanos residentes en el exterior voten en Julio.

Ha dejado claro la dirección del Partido de la Liberación Dominicana que respalda las iniciativas para que el voto en el exterior se haga realidad y más aún, el PLD quiere el voto del exterior.

La información basada en hechos verdaderos predominará y nuevamente los manipuladores recibirán el castigo de la ciudadanía sensata que aborrece los cínicos y mentirosos

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