Editorial

Las autoridades represivas dieron un duro golpe al narcotráfico, la pasada semana al apresar a miembros de una de las estructuras delictivas muy poderosa en El Caribe, Estados Unidos y la República Dominicana.

La noticia, encausando también ante la justicia a los implicados, provino de la Procuraduría General de la República, es decir la cabeza del Ministerio Publico, aunque ha tenido la activa presencia de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), el Ministerio de Defensa, la Armada, entre otras entidades del Estado y la colaboración de instituciones de persecución al crimen de los Estados Unidos de Norteamérica
La ciudadanía ha sido impactada por la noticia que ha traído indignación en la población al deducir la facilidad con que se han movido jefes del crimen organizado traficando con drogas y hasta permeando, mediante fichas claves, entidades de persecución al crimen. .

Las crónicas de esta espeluznante revelación han permanecido con los días y acciones de las autoridades ante la justicia o en la captura de los involucrados, indignan a la ciudadanía,

Queda la impresión de que se ha claudicado ante el crimen o que se ha actuado con indiferencia al revelarse que se tenia mucho tiempo detrás de esta red criminal, aunque la realidad es que esta vez se le ha asestado un duro golpe al crimen internacional.

Se ha dado cumplimiento al compromiso de combatir el narcotráfico y las autoridades han aumentado la eficacia para hacer frente a este flagelo, aunque el crimen no duerme y cada día trae consigo nuevas técnicas y capacidad de influir entre quienes están llamados a combatirlos.

Las dudas e incredulidades puestas de manifiesto en la revelación de estas acciones criminales obligan a que se reflexione sobre debilidades y vulnerabilidades y concentrarnos ahora en la fase acusatoria y sus correctos trámites acorde al debido proceso para en los hechos, vencer un monstruo que estremece las sociedades y desafía a las autoridades

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