¿Qué es el TISA? Es un acuerdo que se negocia en secreto entre casi 50 países, sobre comercio de servicios. De ahí su nombre: “Trade in Services Agreement” en inglés o Acuerdo en comercio de servicios. ¿Cuáles países participan en estas negociaciones? Hay de todo como en botica, países muy desarrollados, países de ingreso medio y hasta países de ingreso bajo.
Australia, Canadá, Chile, Taipéi, Unión Europea –que representa a 28 Estados miembros-, Hong Kong, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur, Suiza, Estados Unidos, Uruguay. Entre los de ingreso medio están Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú, Turquía. E incluso hay dos países de ingreso bajo, Pakistán, Paraguay. Las partes participantes han “acordado” mantener en secreto las negociaciones, e incluso el acuerdo una vez firmado, por lo menos por 5 años.
Solo la inestimable ayuda de Wikileaks ha puesto los gobiernos participantes contra las cuerdas al revelar documentos “secretos” de esas negociaciones. Ya saben ustedes porque los gobiernos de los países desarrollados odian tanto al líder de Wikileaks, Julián Assange. Las negociaciones comenzaron en 2012 y Wikileaks hizo público documentos oficiales en 2014, lo que ha obligado a los gobiernos participantes a cambiar parte de su agenda y sus negociaciones.
El objetivo de este acuerdo es liberalizar el comercio y la inversión en servicios, y aplicar normas regulatorias favorables al capital en todos los sectores, incluyendo los servicios públicos como agua, electricidad, transportes, salud, educación y otros. Esto significa, que en nuestro país, por ejemplo, habría que abrir a la Multinacionales norteamericanas, europeas o japonesas, la CDEEE, que el Estado no podría invertir en plantas eléctricas, que la CAASD, CORASAN o INAPA podrías ser privatizadas, que los hospitales públicos deben abrirse al capital privado, que nuestra industria farmacéutica debe ser entregada a las Multinacionales, que las universidades o centros educativos deben ser abiertos a los capitales europeos y norteamericanos, entre otros. Con este nuevo acuerdo las Empresas Transnacionales, sobre todo las de Estados Unidos que es el gran promotor del TISA, buscan superar la “limitaciones” del Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (AGCS), firmados en 1995, como parte de los acuerdos que dieron nacimiento a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El pasado 2 de mayo la agencia de noticas EFE informó desde Bruselas, que el Comisario de Comercio de la UE, Karel De Gucht, manifestó que “La UE celebra el interés de Uruguay por unirse a las negociaciones del TISA y respalda firmemente su participación de ahora en adelante”. Afirmó además, que el todavía en esa fecha Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro Lemes –hoy flamante Secretario General de la OEA- “ha garantizado que su país comparte los objetivos de las negociaciones del TISA y que respetará los resultados de la negociación logrados por otros participantes si se une a ellas”. De Gucht concluyó diciendo “la Unión Europea y Uruguay esperan trabajar juntos para lograr un acuerdo ambicioso y abierto”.
Por ello es legítimo preguntarse: ¿Cuáles son los objetivos del TISA? ¿Qué instrumentos se han acordado hasta ahora? ¿Por qué un asunto tan importante no es de conocimiento público y se mantiene en el más absoluto secretismo?
1.- Saber qué es el TISA no es una cosa tan fácil. En la medida que lo que se está discutiendo entre los países que participan es secreto aunque existen, al menos, dos fuentes de información importantes. El primero es un informe especial de la federación Internacional de Servicios Públicos (PSI). La PSI es una federación internacional de sindicatos del sector servicios que agrupa a más de 20 millones de trabajadores y trabajadoras de más de 150 países. Dicho informe fue difundido el 28 de abril de 2015 titulado “El Acuerdo sobre Comercio de Servicios y la agenda corporativa”. La segunda fuente, que fue divulgada por Wikileaks el 19 de junio de 2014, es el proyecto de anexo correspondiente al sector de servicios financieros.
A partir de esos documentos se puede colegir que las conversaciones secretas comenzaron a partir de 2012, a instancias del gobierno de los Estados Unidos, y se oficializaron en 2013. Lo que se está negociando sigue siendo secreto y ya se está agotando la séptima ronda de negociaciones. Si bien cualquier miembro de la OMC puede integrarse al TISA, ese acuerdo se negocia al margen de la OMC evitando así que se discutan los reclamos históricos de los países más pobres, entre otros, la eliminación de los subsidios agrícolas que utilizan como política proteccionista los países de economías más desarrolladas.
No está demás indicar que los países latinoamericanos que forman parte de las negociaciones del TISA confluyen todos en la llamada “Alianza del Pacifico” –Chile, Perú, Colombia y México- además de dos postulantes a miembros de dicha Alianza, Costa Rica y Panamá. Todos estos países tienen Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos, y en el caso de Costa Rica como parte del DR-CAFTA. Esto es un llamado a la atención, en el sentido que podrían provenir de Washington presiones “irresistibles” para que nuestro país, como parte del mismo se integre tanto a TISA como a la Alianza del Pacifico.
Queda claro por tanto, que en el marco de la crisis económica mundial desatada en 2008, continúa el proceso de eliminación de fronteras y desregulaciones en el marco de políticas neoliberales. A pesar que en el 2005 se le dio sepultura al proyecto de Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el proceso impulsado por los Estados Unidos sigue avanzando de múltiples maneras, sea a nivel de tratados bilaterales o subregionales de libre comercio, de protección de inversiones, como nueva iniciativas regionales. Lo que se han cargado los países desarrollados, y principalmente los EEUU y la UE, es la Ronda Doha de la OMC, y en cierta forma las conquistas multilaterales de la OMC.
2.- El objetivo del TISA es liberalizar el comercio de servicios, cada vez más importante, y la inversión en esos sectores, incluyendo los servicios públicos. Con este nuevo acuerdo, las multinacionales buscan superar las “limitaciones” del Acuerdo General de Comercio de Servicios suscrito al final de la Ronda Uruguay del GATT y la fundación de la OMC.
El TISA incluye todos los sectores relacionados con los servicios, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la logística y el transporte, la construcción, el suministro de energía, distribución de agua, contabilidad, marketing, publicidad, el sector bancario y de seguros, la educación, salud, y muchos más.
Las negociaciones del TISA son parte del proceso de cambios institucionales impulsados por los países desarrollados para reducir al mínimo las fronteras económicas, los sistemas de regulación que protegen el desarrollo productivo nacional, los derechos de los trabajadores y la existencia de las empresas públicas. El TISA es el resultado de la presión sistémica de las corporaciones de servicios a través de grupos de presión como, principalmente, la “Coalición de Industrias de Servicios” de los Estados Unidos y el “Foro de Servicios Europeo”.
A título de ejemplo véase la proposición de la “Coalición de Industrias de Servicios”, la cual sostiene que “algunas barreras al comercio de servicios incluyen: Movimiento limitado de información a través de las fronteras, competencia injusta de las empresas estatales, falta de transparencia y debido proceso además de derechos de propiedad y discriminación en la obtención de licencias y permisos que favorecen las empresas locales. Por lo cual un acuerdo de servicios internacionales tiene el potencial de crear condiciones de comercio que permitan a las industrias de servicios alcanzar su máximo potencial. El TISA puede ser una de las más importantes contribuciones económicas de este siglo para los Estados Unidos y el mundo”.
Por su lado, la UE, interpretando los intereses expresados por el “Foro de Servicios Europeo” defiende que las negociaciones vayan más allá de la mera apertura de sus mercados de servicios y que sirvan asimismo para desarrollar nuevas normas comerciales de esta área. Considera el comercio de servicios de una “importancia estratégica”, dado que el sector acumula 75% del PIB y de los empleos de las economías de la UE.
Estas normas tienen como objetivo conceder a los proveedores extranjeros acceso libre en condiciones no menos favorables que las de los nacionales y restringir la capacidad de los gobiernos para mantener o adoptar normas que otorguen una protección efectiva a sus empresas. Lo cual podría cambiar en forma drástica la regulación de los servicios públicos que sustituirían las “regulaciones estatales” por las “leyes del mercado”. El interés de lucro de las corporaciones privadas extranjeras se impondría sobre el interés social.
3.- Los principales instrumentos del TISA buscan promover la inversión privada en todos los sectores, así como perpetuar y tornar irreversibles las privatizaciones ya realizadas o por realizar en la ampliación de las políticas neoliberales promovidas por los órganos multilaterales –FMI, BM, BID, UE, entre otros. A esos efectos se propician fusiones y adquisiciones de empresas locales y la eliminación de aquellas regulaciones que ponen límites a la penetración transnacional, asegurando a estas empresas un mayor control y extracción de ganancias de las economías nacionales y la economía mundial.
Reseñando nuevamente, los principales objetivos que buscan los países desarrollados con el TISA son: a) Libre acceso a los mercados para sus empresas, sin limitaciones de ningún tipo; b) Trato nacional, sus empresas tendrían un trato igual que las empresas nacionales sin ninguna forma de discriminación; Trato de la nación más favorecida, el máximo beneficio que se otorgue a cualquier nación se le debe otorgar a los miembros de este acuerdo.
Para lograr que sus objetivos se cumplan y no “retrocedan” tienen tres blindajes:
– uno, el “estatus quo”, que “congelaría los actuales niveles de liberalización de la economía en todos los ámbitos”. Esto bloquearía la posibilidad de que un gobierno presente o futuro pueda volver atrás lo ya liberalizado.
– dos, las “disposiciones de trinquete”, que implica que “cualquier cambio o enmienda a una medida nacional relacionada con los servicios que en la actualidad no se ajusta a las obligaciones del acuerdo, se realice en un dirección a una mayor conformidad con el Acuerdo, no menos”. Esto significa que solo se pueden hacer cambios en dirección a mayores niveles de liberalización reduciendo cada vez más la soberanía nacional. Si un gobierno favorable al capital toma medidas que eliminan regulaciones y liberan mercados, un gobierno posterior que defienda los intereses de los trabajadores y la ciudadanía, un desarrollo económico con fuerte participación del Estado y la protección de empresas nacionales no podrá modificarlo.
– tres, en el artículo X.20: Arreglo de diferencias, la UE y los EEUU, proponen que “el tribunal (panel) debe tener la necesaria formación y solvencia referida a los servicios financieros en controversia”. Lo que implica que las condiciones que establecen serán reguladas y arbitradas, como en todos los acuerdos internacionales por tribunales propios, excluyendo así las competencias y las legislaciones de cada país y librando los resultados de las controversias al interés de una “justicia privada” hecha a la medida. Existen múltiples experiencias que demuestran que todos los tribunales, tales come el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, órgano del Grupo del Banco Mundial), favorecen los intereses de las Empresas Transnacionales en detrimento de los Estados que reciben las inversiones.
Además el TISA establece por definición que todos los mercados existentes son parte del mismo, salvo que sean excluidos del tratado a texto expreso por una “lista negativa”, lo que implica que todo nuevo mercado que se genere por avances tecnológicos o por cualquier otra razón queda bajo las reglas del TISA. Este contraste con el Acuerdo General de Comercio de Servicios de la OMC, aprobado en 1995, que les permite a los países elegir cuáles servicios quiere liberalizar en lo que denomina “lista positiva”.
4.- Este acuerdo que libera el comercio de servicios reducirá la soberanía nacional de los Estados, porque se perderá el control de la economía y afectará la democracia, porque los acuerdos adquieren carácter supra constitucional. Los inversores extranjeros obtendrán de esta forma protección respecto a las reglamentaciones restrictivas del “libre comercio”, no importa si las mismas estén diseñadas para proteger el medioambiente, la salud, seguridad pública, estabilidad financiera o para garantizar el acceso universal de los servicios. Los derechos laborales y los ingresos de los trabajadores, activos o pasivos, también podrán ser puestos en cuestión generando un deterioro significativo de los mismos.
El TISA, además, debilita la posibilidad de mantener y ampliar un sistema de empresas públicas, que actualmente se caracteriza por, preservar la soberanía nacional en importantes ámbitos económicos en numerosos países; ser democrático en tanto depende plenamente de la legislación nacional; mantener en manos del Estado servicios que atienden las necesidades sociales; prestar servicios universales de alta calidad para la población.
Téngase en cuenta que si bien “el texto básico del TISA excluye los servicios suministrados “en ejercicio de las facultades gubernamentales” del ámbito de la aplicación del acuerdo (…) los servicios prestados en el ejercicio de dichas facultades están estrictamente definidos como “todo servicio que no se suministre en condiciones comerciales ni en competencia con uno o varios proveedores de servicios”. Esto implica que la mayoría de los servicios públicos que prestan los estados quedarían excluidos en la liberalización del TISA.