Editorial

La firme determinación con que el presidente Danilo Medina dijo a la prensa internacional que las transferencias gubernamentales para combatir la pobreza son transitorias, compromete aún más a su gobierno abrir oportunidades de trabajo para la erradicación de este mal que acompaña a la sociedad moderna.

Sólo los países nórdicos han logrado el pleno empleo, incorporando las nuevas tecnologías al esfuerzo productivo, pero también una rígida regulación de la partición de riqueza para evitar el rezago de uno cualquiera de los sectores sociales, incluyendo al propio Estado.

El “asistencialismo” que tanto denigra la oposición surgió en el 2004, en la segunda administración del presidente Leonel Fernández, para desactivar la bomba social que heredó de la administración perredeísta 2000-2004.

Cuando la primera administración peledeísta (1996-2000) entregó el mando del Estado a sus sucesores, la pobreza total del país se había reducido a un 32 por ciento como consecuencia de un periodo gubernamental que incrementó la creación de riqueza al 7.5 por ciento promedio por año. Pero cuando volvió al poder, el PLD encontró que la pobreza general se había incrementado hasta 50 por ciento , pues se había engrosado con 1 millón 500 mil nuevos pobres.

Así que hubo de crear el Sistema Unico de Beneficiarios (Siuben) como paso previo para la constitución del programa Solidaridad y sus ventanillas de transferencias Comer es Primero, Bonogás, Bonoluz, Ilae y apoyo directo a los envejecientes. Lo que fue completado con el subsidio de seguro médico a la población. Hoy 800 mil familias pobres son asistidas por Solidaridad, mientras que casi 3 millonesdisponen de seguro subsidiado de salud, con el Siuben como garante de que son los genuinos destinatarios quienes reciben esas transferencias.

La novedad de la presente administración, y con lo que confirma la firme voluntad de que estos programas son transitorios, es la proyección que el Gabinete Social le asigna a Solidaridad: Progresando, mediante la constitución de centenares de centros de instrucción que desarrollan habilidades para el trabajo, ubicados donde reside la pobreza.

También con la férrea voluntad del presidente Medina de identificar y visitar semanalmente estructuras de producción medianas y pequeñas que necesitan de capital y asistencia técnica para incorporarlas a la producción al mercado. Un total de 243 proyectos de productores han recibido RD$4,933 millones de créditos de una partida presidencial que las facilita al 5% de interés y con hasta 2 años de gracia. Los resultados ya comienzan a sentirse con la incorporación de varios de esos proyectos con ofertas al mercado local e internacional.

Pero el combate a la pobreza es hasta el final.

El jefe del Estado lo sabe y comprende al mejor estilo de un político de raza que compromete todo el accionar de su partido y de su gobierno para que el llamado “asistencialismo” sea sólo una etapa transitoria hasta ganarle la batalla al atraso y al subdesarrollo.

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