La oposición y su tinglado mediático continúan afrontando graves dificultades para elaborar y posicionar un discurso que impacte y revierta el posicionamiento que mantienen el PLD y su candidato presidencial, el presidente Danilo Medina.
La infeliz campaña de denuncias con la que se ha pretendido etiquetar al PLD como una “corporación corrupta”, se acompaña de otros fallidos intentos por desmeritar las principales ejecutorias de la actual administración y, de paso, toda la obra de gobierno peledeista desde su ascenso al poder en el 1996.
Mentiras revestidas de manipulaciones, montajes y propuestas demagógicas e irresponsables, encuentran, sin embargo, como respuesta el descreimiento y el reproche de la población.
Posturas opositoras como esas, ponen claramente de manifiesto el grado de desesperación de esta aletargada alternativa a todas luces dispersa y enfrentada entre sí por las aspiraciones presidenciales que les impide unificar criterios y asumir responsables y viables propuestas ante el electorado y toda la nación.
Se trata de gente imposibilitada de presentar realizaciones durante su paso por el gobierno, pero con un lastre imborrable de incompetencia e inconductas que dejaron terribles secuelas sobre el pueblo y la sociedad dominicana.
Son los que ahora hacen esfuerzos por sumar a sus frustrados empeños a sectores recelosos de los cambios estructurales que han venido produciendo con reconocido éxito las administraciones peledeistas a favor del desarrollo nacional.
Tengámoslo claro. En sus desvaríos, los adversarios al PLD y al gobierno atacan y reculan. Dicen y se desdicen. Pero sobre todo mienten.
Procuran desmeritar las visitas sorpresa un día, y ante la repulsa inmediata del pueblo, recogen y acomodan su irracional postura, en una vergonzosa reedición de conducta ante esa valorada iniciativa del presidente Danilo Medina como la desfachatez asumida en el pasado cuando procuraron restarle importancia y valor al Metro de Santo Domingo.
Son los mismos. Es gente desmentida por la realidad insoslayable de una obra de gobierno caracterizada por la estabilidad y el crecimiento económico, seguido de una verdadera democratización del crédito y avances fundamentales y sostenidos en la educación .
Son los que no tienen respuesta ante una población que ha tenido y mantiene en las administraciones del PLD la garantía de la seguridad alimentaria y el fomento de políticas públicas dirigidas a crear nuevos empleos.
Desesperados y angustiados por el avance de una nación que ha ido de la mano de administraciones responsables que han procurado y logrado paz política y social. Gestiones, cuyas ejecutorias en el difícil campo del desempeño de la economía trascienden el ámbito nacional, encontrado el visto bueno y aliento de otras naciones que procuran de las efectivas prácticas gubernamentales y organismos internacionales que nos presentan como modelo de una economía eficientemente llevada.
Si Vanguardia del Pueblo apela a la atención de la población ante las maniobras desesperadas de esa oposición, es porque nos preocupa que las mismas puedan alcanzar niveles de frustración y brumas que degeneren en indeseados desenfrenos
No olvidemos nunca que la desesperación es mala consejera.