El 13 aniversario del fallecimiento del mentor y líder histórico del Partido de la Liberación Dominicana, profesor Juan Bosch, ratificó el espíritu de cuerpo y fortaleza unitaria de esta organización política, dueña indiscutible de la estima y el respeto de la mayoría del pueblo dominicano.
Todo discurso o declaración durante el emotivo homenaje celebrado durante varios días en el país y en el exterior, se centró en el llamado vehemente a mantener y fortalecer la unidad como pilar fundamental que ha hecho del PLD una entidad exitosa y acorazada ante el germen de la división que ha lacerado a otras entidades y provocado serios quebrantos a nuestro sistema de partidos.
Para lamento de sus opositores, el PLD ha continuado avanzando en forma sostenida en un proceso de reformas, amparado en el mandato de su recien concluido VIII Congreso Ordinario Comandante Norge Botello, para afianzarla como entidad moderna, eficiente, disciplinada y comprometida con el desarrollo integral de la nación. Todo esto, en medio de una de las más terribles campañas de descrédito contra su liderazgo que busca desplazarla del sitial donde ha sido colocada por el pueblo dominicano mediante libérrimas y sucesivas contiendas electorales.
Hechos y actitudes fomentadas desde hace ya buen tiempo por reconocidos sectores rabiosamente opositores al PLD, algunos camuflados en ongs y medios de comunicación, comienzan a mostrar niveles de desesperación ante la fortaleza de la entidad que debe generar preocupación en el seno de la sociedad, pues trasvasan los límites de la competencia política en democracia, lanzando dardos ominosos contra estructuras e instancias vitales de la nación.
El PLD ha ejercido el poder en forma eficiente por más de 14 años. Los resultados de ese accionar gubernamental, no sólo los recogen cifras y proyecciones de organismos locales e internacionales, sino un país dotado de instrumentales jurídicos que robustecen sus instituciones, obras de infraestructuras modernas a todos los niveles e innegables avances en áreas tan vitales como la Educación y la virtuosa capacidad productiva con la que garantiza la seguridad alimentaria de su pueblo.
Vanguardia del Pueblo reconoce los celos y angustias que pudiera generar este envidiable posicionamiento del PLD en la estima pública, sobre todo por parte de quienes, desde algunas minoritarias poltronas sociales, económicas y mediáticas, han empleado sus mayores esfuerzos por tratar de encontrar en otras instancias partidarias el talento y la eficiente práctica opositora que sin embargo, les siguen resultando fallidas y de amarga frustración.
De ahí nuestro llamado de atención en torno a hechos y actitudes irresponsables que asoman cada vez con mayor frecuencia con ribetes nocivos al mantenimiento del Estado de derecho y al ejercicio político comprometido con la estabilidad de la nación.
Pero hechos y actitudes igualmente similares a los que procuran, mediante silbidos de serpiente, sembrar al interior del PLD y en instancias de su gobierno, el sinuoso germen de la división. La advertencia está hecha.