La derrota de la selección brasileña frente al equipo de Holanda 3-0 representa una nueva humillación en el Mundial de Futbol 2014, ya que pasó a ocupar la cuarta pasión de este evento deportivo.
Este resultado destaca que Brasil no pudo reponerse de la aparatosa goleada recibida de Alemania 1-7 en la semifinal del torneo.
Luego de finalizado el partido la selección holandesa fue despedida del estadio Mané Garrincha de Brasilia, con una sonora pitada.
Robin Van Persie, en el minuto 3, de penalti cometido por Thiago Silva sobre Arjen Robben, adelantó al conjunto de Louis Van Gaal, y Daley Blind, catorce minutos después, amplió la ventaja.
Georginio Wijnaldum, en el minuto 91+, logró el tercer gol de los de Louis van Gaal, que en el minuto 93 dio entrada en el terreno de juego al tercer portero de su plantilla, Michel Vorm, el único que no había disputado minuto alguno en el Mundial.
Una Holanda pragmática y veloz en el contraataque fue la que venció Brasil, obtuvo así, con un lugar en el podio del Mundial que el técnico Louis Van Gaal casi despreciaba y que para el capitán de la vapuleada selección de Brasil, Thiago Silva, era una cuestión «de honor», una apuesta que el fútbol más laureado del planeta también ha perdido en su propia casa.
Aunque no fue tan profundo, el naufragio brasileño comenzó hoy más temprano que en el escandaloso 1-7 de Alemania en semifinales.