Editorial

Reclamo acciones para contener alzas de precios

En términos económicos, la inflación se define como el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios durante un período de tiempo.

Cuando los precios suben, con el dinero del que se dispone se adquieren menos bienes y servicios. En términos sencillos: la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo del peso. Esto es el aspecto técnico del asunto; el aspecto humano es que los obreros, los campesinos pobres, los chiriperos, las amas de casa de nuestros barrios y sus hijos se ven condenados a comer menos.

La inflación de mayo de 2020 a mayo de 2021, según lo dio a conocer el Banco Central, es de 10.3 por ciento. En República Dominicana teníamos más de una década que no veíamos una inflación que superara el 10%.

De cada 100 pesos de ingresos que recibe una persona, la capacidad de compra se redujo en 10 pesos con 30 centavos. Es decir, que su ingreso bajó de 100 a 89 pesos.

El alza de los precios en los productos de consumo masivo y en bienes y servicios le ha restado diez a cada cien pesos, lo que viene a confirmar la conclusión de la teoría económica que define la inflación como el impuesto más perverso que se le puede cargar al consumidor.

Una situación que se siente con mayor fuerza en los sectores pobres y medios, que no cuentan con alternativas para compensar las pérdidas.

Eso significa que ahora, para suplir necesidades se debe buscar más dinero para comprar alimentos, transporte, pago de servicios, es decir los gastos cotidianos.

La anterior semana, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) alertó sobre el impacto negativo en los segmentos de ingresos bajos y medios generado por la situación de carestía de bienes y servicios en un contexto de inacción de las autoridades gubernamentales.

La combinación de inestabilidad de precios y la inacción del gobierno afectan áreas muy sensibles como los alimentos, insumos para la producción agropecuaria, transporte y la construcción, como se está viviendo, generando angustia y desesperación, que proyectan una situación social difícil, que empeora al querer politizarla.

El alza en el precio de los productos de primera necesidad y del hogar, transporte, servicios y otros demandan la atención del Gobierno como la situación sanitaria fruto de la pandemia Covid-19, en razón de que ambas situaciones generan un malestar generalizado que pudieran afectar la convivencia y provocar estallidos que nadie quiere o desea.

En manos de las autoridades están las decisiones para la adopción de acciones de mayor alcance de las ya anunciadas. El país espera por ellas. No lo hagan esperar.

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