En las elecciones para escoger la directiva del Colegio Dominicano de Abogados de la República Dominicana (CARD) el Gobierno presentó credenciales de lo que podría ocurrir en las elecciones nacionales del próximo año.
Una simple elección de la directiva de un gremio profesional el Gobierno la particularizó de una forma tal que envió a funcionarios con recursos a mano a tratar de imponer el triunfo de un candidato improvisado.
Próximo a los palacios de justicia donde funcionaban las mesas electorales se vieron a los personeros del Gobierno metiendo la mano en el proceso con tal de favorecer la plancha gobiernista.
Esa mano larga y sucia por la inmoralidad llegó hasta los predios del candidato de la histórica corriente gremial Dignidad Jurídica, manchando una ejemplar trayectoria de reputados e íntegros profesionales del derecho.
En la vitrina semanal del Palacio Nacional el jefe del Estado, haciéndose el sueco, procuró desentenderse de lo sucedido culpando al gremio de un desorden que planificaron personeros del gobierno con fines mercadológicos, como todo lo que sucede en la actual gestión.
El presidente «desconoce» lo sucedido, sin embargo su más estrecho colaborador, el ministro administrativo de la presidencia, se destapa muy temprano felicitando al candidato del PRM, presentado a destiempo como ganador.
Ocupar con efectivos policiales el recinto de la Escuela Nacional del Abogado, donde funcionó la comisión electoral, confirma la intención de secuestrar dicha institución para imponer a la fuerza una directiva que responda a los intereses gobiernistas y del partido que sustenta un gobierno mentiroso, ineficiente y que actúa de espalda al pueblo.
Es lamentable el notable deterioro del Estado de derecho propiciado precisamente por la instancia que debe ser garante de los derechos ciudadanos y que pregona unos avances inexistentes.
Las elecciones del Colegio de Abogados de la República Dominicana debe servir de ejemplo para que las fuerzas políticas que competirán en los venideros comicios estén atentas a las maniobras de un gobierno en el que se irrespetan constantemente normas y reglas con fines electorales.