El 25 de septiembre de 1963, la República Dominicana sufrió una de las más dolorosas y dañinas experiencias en su firme propósito de abrirse espacio hacia la democracia y reivindicar su derecho al progreso colectivo.
Sectores recalcitrantes locales y foráneos se constituyeron en irrefrenable fuerza para arrancar de raíz los cimientos de un proceso democrático fundado en la voluntad mayoritaria del pueblo dominicano, expresado en el gobierno encabezado por el profesor Juan Bosch.
Las secuelas de ese golpe de Estado no se hicieron esperar, haciéndose presentes en el desplome de las ejecutorias puestas en marcha por el visionario y ejemplar político en materia de reordenamiento institucional y firme vocación por el desarrollo material de un pueblo sometido a las cadenas del hambre y la exclusión.
El rebrote de la corrupción, el terror y el desaliento que comenzaba a sacar del escenario nacional esa histórica administración de gobierno en apenas siete meses, retomó espacio por espacio la estructura estatal, dando paso entonces a la indignación colectiva que culminó con la guerra civil del 1965, en una fiera jornada cívica y patriótica que reclamaba el retorno al poder del profesor Bosch, la vuelta a la constitucionalidad, que era la retoma del proceso democrático que hoy, 51 años después, hemos alcanzado y procuramos fortalecer.
Vanguardia del Pueblo, fiel a la firme voluntad y ejercicio democrático de su fundador, el profesor Juan Bosch, levanta el velo de un capítulo tenebroso como el que vivió la República Dominicana en aquel 25 de septiembre otoñal, en el que se procuró cercenar, no sólo la libérrima voluntad de una población abrazada a un líder entregado por entero a su pueblo, sino toda posibilidad de dotar a esta nación de la democracia a la que tiene, ha tenido y siempre tendrá total y absoluto derecho.
Hoy, esta nación recorre a pasos firmes el trayecto hacia la consolidación de sus instituciones, con un Estado dotado de los instrumentales que lo han revestido de relevantes niveles de eficiencia y modernidad, con 14 años de excelente gestión administrativa del Partido de la Liberación Dominicana, hijo legítimo de ese extraordinario Presidente y líder que fue el profesor Juan Bosch.
Pero también hoy como ayer, el liderazgo peledeista, ese sobre cuyos hombros descansa el presente y en buena medida el futuro de esta nación, hace acopio de esa virtuosa visión de su líder histórico para comprometerse como está en propiciar más y mayores políticas públicas que enrrumben al país hacia el desarrollo equitativo, en firme batalla contra la pobreza y la desigualdad.
Que este 25 de septiembre nos encuentre, pues, abrazados al ánimo y a la firmeza democrática con la que el profesor Bosch inauguró aquella obra de gobierno, derribada por un cruel golpe de Estado como un repudiable episodio que no habrá de repetirse jamás.